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Vino desde 1925


En Ciampoli cultivamos el noble arte enológico desde 1925, año en el que, como placer para unos pocos amigos cercanos, la calidad de nuestros vinos se consolidó en el territorio nacional. Desde entonces, el nombre Ciampoli se ha hecho un hueco en el mundo del vino italiano, gracias al compromiso constante de renovación tecnológica continua: una fórmula ganadora.
Después del fundador Giuseppe y su sucesor, nuestro padre Domenico, técnico enológico formado y profesional, hoy somos orgullosos herederos apasionados de una antigua experiencia familiar que considera este arte como una verdadera filosofía de vida.
Nuestros vinos satisfacen las necesidades de un consumidor cada vez más sensible a la calidad, y lo hacen valorizando todas las expresiones más típicas de un territorio, Abruzzo, donde la naturaleza ha creado espléndidos equilibrios entre mar, colinas y montañas, bosques y viñedos. En esta región el microclima es único y los territorios con una composición envidiable crean las condiciones para vinos con un sabor inimitable. El trabajo se completa gracias a una atención obsesiva en el viñedo, al respeto por la tradición apoyado en tecnologías avanzadas en la bodega y a un personal muy unido que trabaja con un único fin: ver una cara iluminarse después de catar uno de nuestros vinos. El arte de elaborar vino nos fascina y es parte fundamental de nuestra vida, ya que es la historia de la familia Ciampoli: tres generaciones de enólogos detrás de nosotros tienen su grato peso.
Se presta gran atención a la sostenibilidad de nuestros vinos y a la ecocompatibilidad de los materiales utilizados para envasarlos. Por ello queremos contribuir a salvaguardar la salud de nuestra Tierra.